Bajones
Los bajones. Un tema del que me gustaría hablar ya que pensándolo bien, no solo nos ocurre a las personas que tenemos problemas psicológicos. Seguramente en algún momento de tu vida te has tumbado en la cama, has sentido tristeza y no has tenido ganas de levantarte en unas cuantas horas o quizás en todo el día.
Personalmente, no considero que los bajones sean una depresión, aunque sí son un síntoma de depresión si forman parte de tu vida habitualmente.
Nadie es cien por cien feliz, porque la felicidad son breves instantes.
Me acuerdo de que, estando en bachillerato, un profesor me preguntó lo siguiente: "¿A ti se te pasa el tiempo más lento cuando te lo estás pasando bien o cuando te estás aburriendo?", a lo que yo respondí "cuando me estoy aburriendo, claramente". Y de esta pregunta tan simple surgió una reflexión que cuatro años más tarde aún recuerdo.
Según la teoría de un autor de la literatura universal del que, desgraciadamente, no recuerdo su nombre, el tiempo se pasa más lento cuando estás disfrutando.
Cuando me lo contó me pareció un disparate, pero después comprendí lo que me quería decir.
En nuestra mente perdura más lo bueno que lo malo. Siempre recordarás aquel momento en la playa con tus amigos y unas cervezas, esa fiesta que la repetirías mil veces, esos momentos con esa persona especial...
Desde entonces soy fiel creyente de que "todo tiempo pasado fue mejor" con bien afirmó Jorge Manrique en las "Coplas a la muerte de su padre".
Con esto quiero llegar a que buscamos una felicidad constante inexistente, y de ahí, a mi parecer, surgen los bajones.
En personas con trastornos de ansiedad o depresión diagnosticados, los bajones se dan por la misma razón o por otras circunstancias que ni siquiera nosotros mismos reconocemos.
Con esta publicación quiero darle voz a aquellos bajones que no sabemos por qué se dan, ni cual es su procedencia, ni su motivo.
Por ejemplo, mi vida es una montaña rusa en cuanto a la estabilidad emocional. Un día tengo ganas de comerme el mundo y al día siguiente parece que el mundo me va a comer a mí.
Tengo momentos y días en los que no soy capaz de levantarme de la cama.
En mi caso puede ser unas horas, un día o una semana. Y no conozco el motivo, por mucho que lo he buscado. Intuyo que es porque le doy muchas vueltas a las cosas y aún no he aprendido a gestionar bien esa parte de mi enfermedad.
Muchas veces mi familia se preocupa por si vuelvo a recaer en una depresión, pero solamente son bajones, y no es lo mismo. ¿Y por qué se que no he recaído?.
Cuando tengo depresión me ocurre una cosa extraña que ya expliqué en anteriores publicaciones.
Cuando me tumbo en la cama siento cómo mi cuerpo se hunde en el colchón y me da la sensación de que peso tanto que voy a llegar hasta el suelo. Sin embargo, cuando tengo bajones, me encuentro decaída y mal, pero no siento esa "ley de gravedad".
En los bajones entra en juego la angustia y la ansiedad, por supuesto. Nuestras queridísimas amigas vuelven a nuestro estómago, pecho y cabeza (en mi caso).
Hasta hace bien poco, cuando esto me sucedía intentaba luchar contra ello y me sentía rara, pero nuestro cuerpo es sabio y en ocasiones nos manda parar. De ahí el sentimiento de estar "plof".
Es cierto que hay que hacerle caso al cuerpo cuando nos pide algo, pero hasta cierto punto.
Como dice siempre mi madre, "permítete estar mal dos días, y pasados esos días cambia la actitud".
¿Cómo se comporta una persona con desestabilidad emocional?
Desde aquí tengo que agradecer a todas esas personas que me aceptan cómo soy aunque a veces no lo entiendan.
Una persona que no es emocionalmente estable, puede cancelarte planes en el último momento. Esto suelo hacerlo bastante (ahora un poco menos), y entiendo que a la gente le suponga un fastidio, pero hay veces que nos dan los famosos bajones a última hora y no nos podemos mover de la cama, amigos míos. Os aseguro que es una situación muy tensa para el que la vive y para el que la tiene que aguantar.
Una persona que no es emocionalmente estable, también es indecisa, y voluble. Si le propones un plan un día puede que te diga que sí y al día siguiente que no. Todo esto sucede por los bajones. A veces no sabe lo que quiere y no sabe cómo afrontarlo.
¿Cómo actuar cuando una persona está de bajón?
Todo depende de la personalidad. Primero se debería tantear el terreno, para saber si hay que dar espacio o no.
A mí por ejemplo me anima mucho cuando mis amigas me vienen a ver a casa y me traen la merienda. Eso me da la vida. O cuando me dicen "a tal hora te voy a buscar, no te doy otra opción". Aunque si se trata de salir de fiesta, si no estoy motivada, me gusta que me dejen mi espacio.
Cada persona es un mundo, por lo tanto, a la hora de actuar, hay que tantear cuidadosamente el terreno.
Cuando me encuentro en estas situaciones, que no son pocas veces, me vuelvo impulsiva, irritable, apática y por lo general quiero estar sola, pero mi truco antes de responder algún mensaje o llamada de las personas que me importan (aunque no siempre lo cumplo), es dormir. Es el mejor truco que os puedo dar ya que yo cuando me despierto veo las cosas de otra manera.
También, cuando esto me ocurre, desconecto el móvil el rato que sea necesario y me pongo música relajante. Por ejemplo, siempre escucho a Guitarricadelafuente porque su voz me calma muchísimo.
Otro de mis trucos, cuando en ese momento no debo dormir porque igual son las siete de la tarde y después por la noche no pego ojo, es ponerme flamenco y empezar a cantar. Sobre todo alegrías, que como la misma palabra dice, te alegran el día.
Miedos, ansiedad, angustia, tristeza, apatía... todo esto sucede cuando te da un bajón y es muy difícil afrontarlo.
Desde esta publicación quiero agradecer y pedir perdón a todos aquellos amigos y familia que me aceptan como soy. Lo repito y lo vuelvo a repetir. Con mi impulsividad, mis ratos de indecisión y mis cambios de decisión a última hora.
Cuando cancelo planes, o soy voluble, os prometo que siento un nudo en la garganta y en el estómago que hacen sentirme mal y me machaco a mí misma diciéndome "se van a cansar de ti, eres muy mala amiga".
Pero estas situaciones son muy difíciles de llevar, y es cierto que puedo modificarlo un poco, pero siempre seré así, a no ser que me pueda recuperar.
Por aquí os voy a dejar un poema, ya que he hablado de una de mis asignaturas favoritas en bachillerato, literatura universal, con el que me siento muy identificada. No trata exactamente de este tema, pero sí engloba un poquito de lo que pasa en mi vida cotidiana y seguramente en la vida de muchas otras personas. Este poema sinceramente, me dejó huella en el recuerdo.
Todo muy interesante. Ya que hablas de música, te recomiendo darle alguna que otra oportunidad a géneros como el heavy metal. Es muy terapéutico. No es música triste, sino al contrario, te activa mucho y despejas. Puede ser que alguna canción sin haberlo escuchado nunca suene muy fuerte pero al final acabas pillandole el gustillo y ayuda a desahogarse y desconectar. Te recomiendo tres grupos que son muy generales y a la vez muy distintos: Rise Against, Volbeat y System of a Down. A mi me ayudaron mucho durante la cuarentena. Mucho ánimo con todo.💪
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